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El verdadero Criterio Inmobiliario nos permite  trabajar para vivir, en lugar de vivir para trabajar.

Resiliencia – 8 recomendaciones aplicables a los negocios

La pandemia nos dejó muchas enseñanzas, muchos aprendizajes y muchas lecciones de vida.

Hubo una palabra que se hizo muy famosa cuando la incertidumbre de no saber qué iba a pasar, crecía todos los días.  

Era una palabra que se escuchaba con mucha frecuencia: en las redes sociales, en los medios de comunicación, y en las conversaciones con amigos y familiares. Fue una palabra que se convirtió, diría yo, en símbolo de la pandemia. Estoy hablando de la famosa y muy nombrada RESILIENCIA, capacidad de reacción y adaptabilidad ante las crisis, esa habilidad para afrontar situaciones adversas que a veces nos cuesta tanto.   

Hay que hacer una aclaración importante. Existe la resiliencia personal y la resiliencia empresarial. Con la primera nos enfrentamos a los retos que debemos asumir como seres humanos todos los días, y con la segunda, a los retos que se deben superar en los negocios.  

En ambos escenarios, se debe conjugar la tranquilidad para analizar la situación que se debe enfrentar, la flexibilidad para tomar decisiones, y la disposición siempre de actuar fuera de lo planeado.  

Como ustedes saben que mi pasión son los negocios de finca raíz, hoy quiero compartirles ocho elementos de la resiliencia que les pueden ayudar a sortear situaciones inesperadas.

Número uno. Ser consciente qué está a su alcance y qué no. Si uno tiene claro eso, va a evitar que lo que uno no pueda hacer, interfiera o frene lo que sí puede hacer.

Número dos. Ocuparse en vez de preocuparse. Un problema siempre necesita una reacción. Y esa reacción debe tratar de buscar una solución. A veces perdemos mucho tiempo solo preocupándonos, en vez de ocuparnos en realizar acciones que nos ayuden a solucionar el inconveniente.

Número tres. Debe haber cultura resiliente. Su equipo de trabajo debe tener dentro su ADN la actitud de resiliencia, es decir: tener claro que nunca podemos devolver el tiempo para evitar las situaciones adversas, hay que solucionarlas sí o sí, y con la mejor actitud. Así será más fácil todo.

Número cuatro. Fomentar el trabajo en equipo. En una crisis se necesitan ideas. Que todo su equipo de trabajo tenga claro que juntos son más fuertes. La mejor idea para solucionar esa crisis, puede venir de quien usted menos lo piense. Abra esa ventana.   

Número cinco. Actuar rápido. Algunos lo llaman improvisar. Yo pienso que la mejor improvisación es la preparación, y por eso, lo resumo mejor en actuar rápido. Hay soluciones muy buenas, que dejar ser buenas, porque se ejecutan a destiempo. Es más valiosa una acción normal, a tiempo, que una espectacular demasiado tarde.

Número seis. Aprender a trabajar con presión. Los momentos de dificultad traen presiones, pero hay que aprender a vivir con ellas y no dejar que afecte el desempeño. Es decir, no olvidarse del problema, nunca, jamás, pero enfocarse en la solución. Foco, foco, foco, mucho foco.

Número siete. Actitud resolutiva. Piense que cada acción debe acercarlo hasta la solución. Si actúa de esta manera siempre verá algo bueno en lo malo y algo maravilloso en lo bueno.

Número ocho. Comunicación: nada sale bien, sino hay buena comunicación. Genere espacios permanentes de comunicación, escuche, pregunte, y actúe.

Y lo más importante, recuerde que las situaciones adversas son las que mayor crecimiento aportan. Ningún marinero se hizo grande en mares en calma.

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